miércoles, 19 de noviembre de 2014

Brocoli











El brócoli es una planta de la familia de las Brasicáceas. Es muy parecido a su pariente cercano, la coliflor, pero es de color verde.

Tiene un alto contenido de vitamina C, vitamina B2, vitamina A, vitamina E y fibra alimentaria soluble. Además suministra cantidades significativas de minerales.

Como la coliflor, puede producir flatulencia, por lo que si observamos que incomoda a nuestro bebé podemos retrasar su introducción en las papillas más allá de los seis meses.

El brócoli presenta una ventaja “práctica” respecto a la coliflor a la hora de cocinarlo, ya que su menor contenido de azufre hace que no desprenda ese olor característico tan fuerte de la coliflor.

Conejo










El conejo no es una carne tan habitual en la alimentación infantil como puede serlo el pollo o el pavo, pero es una buena opción para incluir en la dieta de tu bebe a partir de los seis meses.

Entra en el grupo de las llamadas carnes blancas. Su carne es magra y muy blanda, por lo tanto es muy fácil de masticar y muy digestiva gracias a su bajo contenido en colágeno, siendo ideal para estómagos sensibles como los de los niños. Es muy saludable por ser baja en calorías, en colesterol y contener una elevada cantidad de proteínas de alto valor biológico y aminoácidos esenciales.

Es beneficiosa para el crecimiento y el desarrollo, y especialmente en vitamina B12, un micronutriente que previene la degeneración de las células neuronales.

Por su aporte vitamínico es un alimento ideal para combatir el cansancio estacional en los más pequeños. Lo más recomendable para comenzar a ofrecer la carne de conejo triturado y mezclado en el puré de verduras. Más adelante se pueden dejar trozos más gordos para que el bebé se vaya acostumbrando a la nueva textura y como paso previo a la masticación.

Palta, Aguacate











Las paltas son una buena fuente de grasas insaturadas. De hecho, la composición de la grasa que contienen es en cierto modo semejante a la de la leche materna. Y si te preocupa el hecho de que tu bebé coma mucha grasa, no te preocupes porque la grasa insaturada es un tipo de grasa beneficiosa que los bebés necesitan para el desarrollo de su cerebro.

¿Cómo lo puedo servir?

Combina Palta machacada con otros ingredientes, como queso crema, manzanas o pescado. Y cuando salgan de paseo, deja en casa las galletitas y lleva aguacate en su lugar.

Ternera











La carne de ternera es el producto del animal de menos de un año de edad únicamente alimentado de leche materna. Su color es más claro y su sabor más suave.

La de ternera es una carne más digerible que la de vacuno mayor pues contiene menor cantidad de grasa, es por ello que tu bebe digerirá mejor esta carne más tierna y magra.

Es importante definir cuál es la parte más adecuada para ofrecer al bebé, ya que la proporción de grasa varía dependiendo de la pieza del animal. Por ejemplo, las chuletas son más grasas que el solomillo.

La forma de prepararla también es importante ya que al cocinarla se pierden buena parte de los nutrientes hidrosolubles que contiene.

Al ser cocinada a la parrilla, a la plancha o al horno hay que controlar que no se tueste demasiado pues a altas temperaturas se producen reacciones químicas peligrosas.

Calabaza, Zapallo












El componente principal de la calabaza es el agua, lo que, unido a su bajo contenido en hidratos de carbono y a su casi inapreciable cantidad de grasa, hace que sea un alimento con un escaso aporte calórico ideal para tu bebe.

Es buena fuente de fibra y de vitaminas, las que son esenciales para el buen estado general, el sistema inmunológico y el desarrollo.

En cuanto a su riqueza mineral, la calabaza es un alimento rico en potasio, necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal. También contiene otros minerales como fósforo (esencial para la formación de huesos y dientes), magnesio, hierro y calcio, pero en menores cantidades.

Todo ello, junto a su facilidad de digestión y el sabor dulce suave, hace de la calabaza un alimento apto para la dieta del bebé y adecuado para las primeras papillas, sin embargo al igual que la zanahoria, se recomienda agregarlo a la dieta con discrecion ya que su exceso produce que el bebe se ponga amarillento.

Papa, Patata














La papa es indicada para la alimentación del bebé a partir de los seis meses porque es fácilmente digerida y tiene un alto valor nutricional. Los tubérculos de papa presentan aproximadamente un 78% de agua y un 18% de almidón. El resto está compuesto por cantidades variables de proteínas, minerales y cerca de 0,1% de lípidos (grasas).

Además la papa contiene varias vitaminas, incluyendo la vitamina C, riboflavina, tiamina y niacina. Entre los distintos minerales que se hallan en la papa merecen citarse el calcio, el potasio, el fósforo y el magnesio por su importancia en la nutrición humana.

Aunque estamos acostumbrados a ver el tubérculo, que forma parte del tallo bajo tierra, la planta consta de otras partes, hojas, raíz, frutos, semillas y hasta flores. Para la alimentación nos interesa el tubérculo, que es el órgano de la planta que almacena los nutrientes.

Pollo, ave














El pollo es una de las aves más consumidas y su carne, una de las más magras, es tierna, sabrosa y fácil de digerir por su bajo contenido en grasas, por eso suele ser la primera que se le da a probar al bebé a los seis meses.

Ayuda al buen funcionamiento del cerebro, la circulación sanguínea, la formación de colágeno y la función hepática. En cuanto a los minerales que aporta, es inferior en hierro y zinc pero superior en fósforo y potasio con respecto a las carnes rojas.

La gran ventaja del pollo es que su aporte nutritivo es muy rico, es similar al de las carnes rojas, pero contiene pocas grasas y calorías. Por cada 100 gramos de pollo, se calculan 125 calorías (sin piel).

Las piezas del pollo más adecuadas para el bebé son la pechuga, la más magra, y el muslo. Luego, cuando ya sea mayorcito podremos ofrecerle otras piezas como el jamoncito para que lo coma con las manos.

Hay que prepararla sin sal, ni condimentos que oculten el verdadero sabor de la carne, además de que pueden ser perjudiciales para el bebé. Se recomienda quitarle la piel y por supuesto, cualquier resto de huesos.

Se puede hacer asado, hervido, a la plancha, al horno, en guiso o salteado, pero no debemos olvidar que los pollos de mayor edad son carnes más duras y necesitan más tiempo de cocción para ablandarlas.

Lo ideal para comenzar es triturar el pollo en el puré de verduras, unos 20 gramos de carne es una buena medida para comenzar. Más tarde se puede ofrecer el pollo en tiritas para que el bebé las chupe, pero evitar los trozos pequeños hasta que sea capaz de masticar.